La psiquiatría infantil es una disciplina que se nutre de diferentes fuentes. En tanto que especialidad médica pertenece, como la Medicina, a las llamadas ciencias de la naturaleza, lo que obliga a tener en cuenta la vertiente biológica del individuo. En tanto que su objeto de estudio es el enfermar psíquico, toma en consideración todos aquellos fenómenos que son objeto de estudio de la psicología, lo que la vincula con las ciencias sociales o humanas. En tanto que infantil, está destinada a atender las necesidades de varias de las etapas más complejas del desarrollo del ser humano, sin olvidar que el estudio del niño pasa ineludiblemente por la comprensión y el abordaje de la familia y el entorno en los que se encuentra inmerso y de los que es dependiente . Por todo ello, la mayor especificidad de la psiquiatría infantil reside en el intento continuado por alcanzar la integración de cada uno de estos elementos.
La psiquiatría infantil remite a un cuerpo de conocimientos teóricos heterogéneo, consecuencia de las diferentes corrientes teóricas que intentan explicar las vicisitudes del funcionamiento mental y de su enfermar, lo que puede dar la impresión de una disciplina plagada de contradicciones. Sin embargo, son muy significativos los intentos, cada vez mayores, por lograr una comprensión mutua de los diferentes puntos de vista.
El ámbito de actuación de la psiquiatría infantil abarca tanto la prevención como el diagnóstico y el tratamiento no sólo de los grandes trastornos del funcionamiento psíquico –disarmonías evolutivas, autismo, psicosis precoces, trastornos límites, neurosis–, sino también de todas aquellas alteraciones del funcionamiento mental y de la vida de relación que, sin llegar a conformar un cuadro específico, amenazan el proceso evolutivo de un individuo en desarrollo. La indicación y planificación del tratamiento, con el recurso a los fármacos, la psicoterapia y cuantas medidas terapéuticas, pedagógicas, rehabilitadoras y de intervención social sean necesarias, ubican en numerosas ocasiones al psiquiatra infantil en una posición de coordinación de un trabajo inevitablemente interdisciplinar.